Como (casi) todos sabeis, ayer se celebró el debate presidencial para las elecciones entre los dos candidatos de los partidos más votados, y la verdad, que el interés ha sido enorme, al convertirse en el cuarto acontecimiento televisivo más visto desde el año 1992. La pena, desde mi punto de vista, que este tipo de debates no sean mucho más frecuentes, como ciudadanos, tenemos el derecho de conocer cómo dos políticos resultan más o menos creíbles. Como no podía ser de otra forma, ayer pensaba en cómo sería un debate en el futuro y de cómo de diferente sería con respecto al que acababa de contemplar podría llegar a ser. Por supuesto, el interés estaría en la retórica, en el toma y daca, en la réplica y la contraréplica, que es donde se disfruta de la capacidad dialéctica de los políticos. Sin embargo, muchas veces son cuestiones subjetivas las que se opinan. En la era de la transparencia radical, máxime con respecto a los políticos, sería interesante conocer, algunas de las siguientes cuestiones: * Reacción de los telespectadores inmediata mediante la utilización de datamining basado con el comportamiento de los datos que provean (escribiendo comentarios, enviado sms, etc.) en la red * Relación de las palabras más pronuciadas. (Hace tiempo hablábamos de esto y de cómo de interesante sería. El Mundo ya tiene una cosa parecida) * Nivel de pulsaciones de los candidatos en tiempo real * Latidos del corazón de los candidatos en tiempo real * Decibelios de las palabras pronunciadas en tiempo real ¿No sería interesante conocer cómo reacciona orgánicamente un candidato cuándo uno lo llama inmoral o que ha agredido a las víctimas? Ahora ya se hace en análisis cualitativo en múltiples debates, pero no se realizan, al menos que conozca, cálculos estadísticos sobre los mismos, con un gran cuadro de mandos que permita visualizar toda esa información. En la era de lo datable, un debate político daría mucho más de sí, ¿no?