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Desconfía de los manifiestos culturales que pidan mantener una institución pública

Valga esta sentencia para entender la era que nos toca vivir y de cómo manifiestos culturales que aboguen porque continúen instituciones públicas que se encarguen, entre otras, de hacer planes estratégicos culturales para ciudades, es no enterarse de una, con perdón, de la época que nos toca vivir. Ayer me llegaba un email solicitando mi adhesión a un manifiesto firmado por un colectivo denominado Córdoba quiere cultura. No sé quién lo firma, pero desde luego, no puedo estar más en desacuerdo con él/ella. Y no puedo estar, entre otras, porque parece que en esta ciudad no hemos aprendido del fiasco de Córdoba 2016. Que no tuviéramos igualdad de oportunidades con el resto de candidaturas es una cosa que hay que demandar; sin embargo, eso no es óbice para echar la vista a un lado y no ver lo mal que se ha llevado la candidatura europea de la cultura. A pesar de que partíamos con muchos más años de adelante frente a otras, la calidad técnica de nuestras propuestas y la gestión ha sido más que mediocre y mediocres porque no han venido de la mano del zeitgeist, del espíritu de los tiempos. Intentar que las aproximaciones hayan sido top-to-down muestran cómo no se entiende las nuevas realidades sociales de las urbes del siglo XXI. Por eso digo que el manifiesto cultural Córdoba quiere cultura es un manifiesto del siglo XX, con mentalidad del siglo XX para gobernantes del siglo XX. De todos es ya conocido que las estrategias top-to-down en materia cultural no sirven. Por eso chirría muy mucho sus propuestas. Sólo entrando a analizar tres de ellas: * "espacio de debate, coordinación y cooperación para el sector creativo‐cultural de Córdoba" En esta ciudad, como en tantas otras ciudades, nos perdemos en los análisis y los diagnósticos. Habremos hecho miles de cuadros DAFO en ciudades como Córdoba. Claro, lo fácil. Lo difícil, el llevarlos a cabo no se han hecho porque para ello, necesitas por encima de todo pasión, no un espacio de debate. Gracias a las redes y al networking, para crear un espacio de debate sólo necesitas Facebook, Twitter, si me apuras Linkedin, y juntarte cada 2 meses. El movimiento de emprendedores Iniciador es un buen ejemplo de ello. Por 300€/evento montas un buen sarao de emprendedores para emprendedores donde se pueden juntar de 20 a 25. No tiene que venir el Ayuntamiento a pagar 30.000€ por la organización de unas jornadas. Puede ayudar? Sí, pero con cantidades que sean testimoniales, de apoyo institucional. En otras palabras: sin la aportación pública también funcionaría. "liderazgo en el diseño e implementación de un plan estratégico de la cultura para Córdoba, que ordene y articule las actuaciones a llevar a cabo en el sector cultural en un horizonte temporal concreto". No se puede pretender imponer desde arriba la visión de los proyectos en los que vamos a entrar. Hacerlo significa crear una burbuja cultural de acciones a llevar a cabo que serán realizadas, por supuesto con dinero público y que harán que se formen colectivos con el único objetivo de conseguir ese dinero. El objetivo será el dinero, y la obra cultural será la coartada para conseguirlo. La visión de la cultura en las ciudades la inician los individuos a través de sus acciones, máxime en la época donde estamos, donde todos estamos conectados por redes, redes de nuestro propio interés. Ahí es donde está la cultura y donde se están sucediendo las vanguardias. ‐ Representación del sector creativo‐cultural de Córdoba a nivel institucional en el espacio internacional, participando en foros y redes de la cultura que puedan multiplicar los efectos de su acción en la provincia. De nuevo, representar un sector es lo que hemos visto en las organizaciones patronales tipo CEOE y sus sedes provinciales. A mi no me puede representar nadie. Los intereses culturales que puedo tener, en este caso el de Cordobapedia, se defienden de manera invidual, analizando las contribuciones de cada uno de los proyectos a la realidad social. En fin, que este tipo de manifiestos me recuerdan que hay muchos espectros de la población que no se enteran de una. Que seguir reclamando a las instituciones dinero para la justificación de horas de trabajo es cosa de las épocas de bonanza. Que en el capitalismo que viene, no se podrá vivir de las rentas, sino que habrá que demostrar tu mérito de manera continua.

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