X
¡Muchas gracias! El mensaje ha sido enviado.
Oops! Ha habido un error en el envío. Por favor, inténtelo de nuevo

Más del poder de muchos y de una sociedad orwelliana distribuida

Una de las cuestiones que más nos intriga en estos temas de las tecnologías de la información y de la comunicación es lo que hemos llamado "el poder de muchos" del cual hace poco escribíamos un artículo para Infonomia. Howard Rheingold fue el que nos abrió la visión con su maravilloso libro Smart Mobs y sobre el poder de mucha gente conectada. Howard hablaba sobre cómo va a cambiar radicalmente las relaciones sociales entre todos los miembros de la sociedad y como los propios comportamientos humanos están cambiando. Llevamos varios meses investigando en este concepto y cada vez que reflexionamos más sobre este concepto que viene, más incertidumbre nos crea. El poder de muchos va a cambiar todo tipo de aspectos. Ha cambiado radicalmente la industria informática, con la expansión del modelo del desarrollo del software libre. Pero ésto es sólo un principio de lo que vamos a ver. Gracias a la existencia de muchas personas conectadas, el poder de muchos ha hecho que por primera vez, un gobierno mantenga una posición radical con respecto a una decisión y encontrarse solo ante otros 14 países, defendiendo lo que la comunidad del software libre había defendido, que las patentes de software son nefastas. En una palabra, el poder que ostentaban lobbys articulados en base a su poder económico, era superado por el trabajo de mucha gente distribuída alrededor del mundo. Por eso hacíamos hincapié en que éste es sólo un ejemplo que el poder de muchos tendrán en el futuro. Ahora mismo lo estamos viendo en el ámbito relacionado con la informática porque es el primer ejemplo de lo que ha hecho mucha gente conectada. Pero ésto lleva desde hace algunos años calando en otro tipo de entornos e industrias, sino que éste se va a extender al aspecto social. Hace tiempo hablábamos de un aparato que grababa todo lo que ocurría a su alrededor. Si uniéramos a esta capacidad el posterior envío a terceros, las posibilidades de que este tipo de tecnología invadiera nuestra privacidad, quedaría fuera de toda duda. El poder de muchos de estos aparatos alrededor nuestra nos llevaría cada día más cerca del gran hermano orwelliano, aunque en este caso, de una manera distribuída. Pero como siempre comentamos, ¿hemos de ver esta pérdida de privacidad sólo y exclusivamente desde el punto de vista negativo? Imaginemos que todos nuestros coches llevaran incorporada una cámara que grabara todos los trayectos que un conductor realizara. Aparte de poder guardar viajes memorables a muchos sitios y tener una base de datos excelente para posteriores cursos de conducción descargables en la Play Station 2015, sería una excelente arma contra los conductores temerarios. Todos hemos sentido en alguna ocasión al ver una maniobra totalmente ilegal de algún conductor, el haber lamentado que la Patrulla de la Guardia Civil no estuviera para haber empapelado al conductor en cuestión por poner en riesgo la vida de unos cuantos. El típico adelantamiento en un cambio de rasante, el que adelanta en línea continua al limite o el que te rebasa a 240 km/h son ejemplos de conductores que ponen en riesgo la vida del resto de conductores. La existencia de una cámara de video que monitorizara todo tipo de comportamientos como éste ayudaría a que algunos conductores totalmente suicidas, fueran eliminados de la circulación. En el momento de un adelanto temerario por parte de algún conductor, el software incorporado reconocería automáticamente la infracción cometida y el video le sería enviado a la patrulla de Guardia Civil más cercana para poder sancionar al infractor. Bajo esta perspectiva, nos encontraríamos en una sociedad de chivatos, en una sociedad gran hermano distribuída, donde determinadas conductas fueran totalmente erradicadas por el "poder de muchos" conectados. Quizás no serían todos los coches los que llevaran incorporado esta cámara, sino ciudadanos que se vieran beneficiados de éstos por Sin embargo, y al igual con la casa conectada de la cual hablábamos hace unas semanas, el estar todos conectados implica la entrada antes o después en nuestra privacidad y eso es más que problemático y preocupante. Sin embargo, también nos hace ver un futuro en que, como comentábamos en un anterior artículo de Inverse Surveillance (los observados observan a los observadores) los propios ciudadanos sean los que vigilen ese bienestar de la sociedad. Quizás sea la llegada de la sociedad de "chivatos" (informers' mobs) en los que determinadas conductas puedan ser registradas por la propia ciudadanía. El problema consiste en definir muy bien la línea de separación entre la intromisión en la privacidad y el espacio para la libertad de cada uno que se ve amenazada por un tercero.

Orgullo marista
January 24, 2017
Bobos, son los incentivos
February 28, 2016
Entrevista en ABC
January 19, 2015
Pasión por mejorar
December 21, 2014
9 años de Cordobapedia
October 22, 2014
No aprendas, haz
October 6, 2014
Podemos cambiar el mundo
November 7, 2012
Me voy a EE.UU
March 1, 2012
Simplicidad
December 9, 2011