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(Columna para Radio Córdoba) Tres años después de su licitación y no sé cuántos años después de la primera vez que se habló de su rehabilitación, hoy se presentan el proyecto de remodelación para que el cine Góngora se convierta en un espacio cultural polivalente, funcional y también prometedor. Situado sobre el antiguo solar del convento de Jesús y María, desde su inauguración en el año 1932, el cine y también teatro, ha visto como la calle Jesús María ha venido transformándose. Desde los años 50 se han venido produciendo una serie de obras que han eliminado la angostura de la calle (Para que se hagan una idea, el ancho de Jesús María era de poco más de tres metros en algunas zonas). Correos, la Central de Ferrocarriles o el primer gran hipermercado de Córdoba Simago son algunos de los emblemáticos que han ido desapareciendo de la calle. Sin embargo en un día como hoy, echo de menos que este proyecto de remodelación no se haya convertido en la excusa para la rehabilitación integral de la zona y no sólo las del centro comercial El Corte Inglés, quien por cierto, paga las obras, y así continuar la constante transformación de una zona que no ha cesado en los últimos 100 años. Al igual que lo interesante de la Torre PRASA no era la torre en sí, sino la rehabilitación completa de toda la zona, se ha perdido una oportunidad para que el nuevo Teatro Góngora fuera el acicate de la transformación de muchas de las calles colindantes. La rehabilitación de espacios como la Plaza Emilio Luque, la calle Sevilla, Málaga o Barroso así como una solución definitiva al parking de la calle Málaga, deberían haber formado parte de este proyecto donde el ciudadano y el peatón fueran los grandes protagonistas de una zona, que no podemos olvidar, es la puerta de facto de los visitantes al centro comercial de la ciudad.
