La Extremadura estaodunidense

Vía Ventureblog, me encuentro con un excelente artículo del Washington Post sobre cómo las ciudades que ofrecen grandes atractivos en cuanto a "ambiente profesional" , consigue atraer a los emprendores más activos a sus ciudades conllevando por tanto más y más emprendedores. El artículo habla de cómo Seattle está consiguiendo atraer más y más emprendedores debido a un efecto red. Al haber una creciente población con los mismos intereses, los emprendedores acuden adonde allí existen las máximas posibilidades de triunfar.

Hace poco estuve en Cáceres donde tuvieron lugar las IV Jornadas Universitarias que anualmente organiza Vivernet. Lo pasé fenomenal y sobre todo, comencé a darme cuenta cómo Extremadura va camino de convertirse en un polo de desarrollo bastante interesante... Alli se encuentra Julio Yuste, Director General de Vivernet y persona clave en el Desarrollo empresarial que las empresas extremeás están comenzando a tener. Conoci también a Juan Zamoro, Director General de Pulsog empresa TIC que tienen un maravilloso proyecto entre manos (sorry guys, NDA signed ;-). Con ellos me encontré muy a gusto, hablaban tu mismo idioma, respiraban las mismas ideas, tenían las mismas preocupaciones... Si unes este maravilloso ambiente propiciado por la Junta de Extremadura, a los precios de vivienda que Cáceres y Badajoz mantienen, a la futura construcción del AVE y que se encuentran a menos de 400 km de Madrid las dos ciudades, tenemos una ecuación maravillosa: el Seattle Español. Me impresionó Cáceres y la belleza de su ciudad. Córdoba va a tener una dura competencia en Cáceres para albergar la Capitalidad Cultural Europea.... o sea, que en la sociedad red, en la sociedad netocrática, este tipo de ciudades serán los polos de desarrollo ya que de ellas fluirán las grandes ideas y las grandes iniciativas empresariales. Adios a los motivos de inmigracion por cuestiones de trabajo manual como ocurrio en los 50-60. Esta inmigración se produce como consecuencia de un efecto red... The winner-take-all pattern of the past decade differs substantially from the Rust Belt decline and Sun Belt growth of the 1970s and '80s. Then, manufacturing companies moved south in search of a low-wage, nonunion workforce. Now, talented individuals are voting with their feet to live in cities where the work is smart, the culture is cool and the environment is clean. Migrants on the move to winner-take-all-cities are most accurately identified by education and ambition, rather than by skin color or country of birth. They are part of a striving class of young Americans for whom race, ethnicity and geographic origin tend to be less meaningful than professional achievement, business connections and income.