(para la columna de radio Córdoba) Si hay una festividad con la que realmente disfrute, esa es la Feria. Confieso que soy un enamorado de la Feria por su ambiente, por sus más de 750 años de historia, por su intrahistoria con momentos únicos que todos los cordobeses de tantas y tantas generaciones hemos vivido. Ahí reside su encanto y potencial: La Feria de Córdoba es puro sentimiento. Por eso, uno de los temas recurrentes que surgen en ambientes "pre feria" con mi grupo de amigos es montar una caseta. Es el clásico proyecto del que siempre se habla entre caldos, y con el cual nos ilusionamos imaginando un lugar donde podemos disfrutar con los nuestros y que nos sirva además de base para ir recorriendo el Ferial. Pero cuando alguien realista se hace la clásica pregunta: ¿Y quién la monta?, todas nuestras ilusiones chocan contra una realidad incontestable: Poner más de 20.000€ y estar dos meses liados con todos los trámites que hay que hacer "nos chafa la película". Como nuestro grupo de amigos estoy seguro que hay muchos grupos a los cuales les gustaría montar una para relacionarse con sus amigos y conocidos. Así se podrían reducir el precio de las copas (difícil hacerlo por mucho que lo anuncien cuando los que gestionan las casetas esperan obtener un rendimiento económico de la misma), así se podría incrementar el número de casetas (hemos bajado un 40% el número de casetas desde el año 1994), para así favorecer la hetereogenidad y diversidad de ambientes, y hacer de la feria una feria cada vez más nuestra, por nuestra cercanía. Por eso creo que casetas más pequeñas y de fácil montaje y gestión son la clave para que más y más grupos de amigos se animen a tener su espacio en una feria de la cual nos sentimos tan orgullosos. Mantener el actual modelo es ir hacia casetas cada vez más grandes que favorezcan la entrada de más y más gente y que diluyan lo diferente de nuestra feria, espejo de lo que somos. Como decía un vallisoletano este sábado a su amigo cordobés entre el ruido de una de las múltiples casetas existentes sin mesas para sentarse ni comer: Oye, esto es como una discoteca, ¿dónde está lo diferente y tradicional de la feria de Córdoba?