Esta movilidad eficiente (aquella donde el coste total por kilómetro recorrido es el menor de los posibles, teniendo en cuenta todas las externalidades -producción de energía, ocupación de espacio público, uso de carreteras, tiempo de llegada, etc.-) es la base de la realidad social cordobesa que a pesar de todos los cambios radicales que se vienen produciendo, sigue siendo en su esencia la misma de siempre: una población que disfruta siempre que puede al aire libre.
En una ciudad consciente de sus potencial, y también de sus limitaciones, a finales de la década del 2010 y gracias a una visión compartida de los diferentes sectores de la ciudad se pusieron las bases para el gran cambio que tuvo la ciudad de Córdoba.
* La inauguración del Metrotren en marzo del 2018 permitió que muchos otros cordobeses comenzaran a ver las posibilidades del transporte público como alternativa a un vehículo privado a la hora de moverse en el eje Este-Oeste. Su utilización creciente gracias a un eficaz sistema puerta a puerta entre la Estación y Medina Azahara, posibilitó que cada vez más turistas lo cogieran (ayudó para la declaración de Patrimonio Mundial de la Humanidad a Medina Azahara en el año 2019 como espacio sostenible en cuanto a la capacidad de absorber visitantes)
* Mientras tanto y conscientes de la amenaza que los vehículos autónomos conformaban para su propia supervivencia, los taxistas en el año 2020 acordaron convertirse en cooperativa de transporte y operar la flota de movilidad autónoma en la ciudad, garantizando el servicio puerta a puerta con el menor coste por kilómetro recorrido de España. Los acuerdos a largo plazo con marcas automovilísticas lo permitió.
* AUCORSA había pasado a convertirse en un sistema operado de manera autónoma. Esto permitió el reciclaje de gran parte de los conductores formándose en habilidades relacionales, mecánica, asistencia a viajeros, turismo, entre otras. Su misión de conducir autobuses y llevar pasajeros había pasado a ser relacional, de acompañar a viajeros y mucho más emocional. Así lo entendieron todas las partes envueltas.
* En paralelo y gracias a la creciente utilización de un sistema de transporte autónomo, posilibitó la eliminación del 90% de aparcamientos en vía pública. Unos métodos de transporte más rápidos, personalizados y efectivos que los vehículos tradicionales habían permitido cambiar por entero la ciudad, volviendo a ser una Córdoba que algunos comparaban con la Córdoba de finales del siglo XIX con la inexistencia de aparcamientos en vía pública.
Gran parte de este espacio fue ganado a la ciudad por veladores. La razón esgrimida para ello fue el estudio llevado a cabo en el año 2019 donde se constaba que el uso del espacio público que tenía mayor relevancia para los ciudadanos era el de las terrazas y con diferencia hacia otros.
* Córdoba tuvo en cuenta la movilidad de los turistas por lo que potenció las visitas a otros enclaves de la ciudad favoreciendo que el casco histórico no se viera saturado: las visitas a Medina Azahara o a la Sierra fueron clave para descongestionar el mayor número de visitantes. Las nuevas zonas de ocio eran Córdoba Oeste y Córdoba Norte. La rapidez de acceso, puerta a puerta y con altas capas de seguridad permitió garantizar una movilidad entre Medina Azahara y Paseo de la Victoria en 11 minutos con un coste de 1,5€ por trayecto. Este trayecto era pagado normalmente por parte del establecimiento al cual habían acudido.
* Los nuevos criterios de ordenación de veladores, gracias a la aparición de nuevo espacio público, permitió que florecieran nuevos establecimientos de ocio, con diferentes propuestas, pero que eran los que hacían que la ciudad se percibiera viva, más allá de la vida virtual en la que ya pasan un 50% del tiempo que no duermen los ciudadanos.
* En una sociedad donde cada vez hace falta trabajar menos para producir más, donde gran parte de nuestras transacciones comerciales se producen online, donde el tiempo de ocio es cada vez mayor, "vivir al aire libre" es lo que conecta a los cordobeses con su memoria de los años 60, 70, 80, 90 y 2000.
* Terrazas donde los ciudadanos siguen haciendo lo que han venido haciendo desde hace siglos: departir en torno a una bebida o comida. Entre otras cosas, porque es prácticamente el único momento del día donde permanecen alejados de cualquier acceso al entorno virtual.