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En la era del big data, ¿dónde están los colegios?

En el año 2016, el big data se ha confirmado como una de las grandes tendencias existentes para los próximos años. Se comienza a interiorizar por parte de la población la importancia del dato per se, porque éste explica la realidad objetiva. Podemos tener datos, porque podemos medir gracias a los avances en todo tipo de sistemas de información que son especialistas en captar la realidad y convertirla en binario, en 1 y 0s para luego estudiarlos y utilizarlos. No en vano, todo tipo de industrias están recopilando datos que permiten interpretar su realidad. La banca, la prensa, los anunciantes de consumo, redes sociales, las grandes plataformas, etc. recopilan datos de manera inherente al modelo de negocio que tienen: existe su modelo de negocio porque existen datos e información cuya gestión es cada vez más automatizada. En caso contrario, no habría negocio. La pregunta es, en la era del big data y de interpretación de la realidad a partir de éstos, ¿qué datos recogen los colegios?

Con 42 años y alumno de un colegio marista en Córdoba, los únicos datos que se recogían durante los años 80 y 90 en mi colegio eran las notas que cada alumno iba sacando en las 5 evaluaciones que teníamos (datos subjetivos académicos) así como el peso y la altura durante los primeros años del colegio. Esto se complementaba con un test psicológico que todos pasamos con 14 años y creo que otro con 16-17 (este no lo aseguro). Finalmente, tu nota académica media de BUP y COU que se complementaba con la nota de Selectividad que se realizaba en 7 exámenes escritos. Hoy, 25 años después, no ha cambiado demasiado. La recopilación de datos objetivos debe ser una de las máximas de los centros educativos porque son los que nos van a permitir entender el contexto de aprendizaje del alumno, el grado de interiorización de sus conocimientos  y la evolución que lleva acorde a lo deseado y previsto. Sin embargo, esta recopilación de datos no es fácil ni intuitiva. Sólo en contextos de aprendizaje online la recopilación de datos es fácil ya que puedes fijar tiempos de aprendizaje así como evolución acorde a una serie de métricas y variables numéricas. Pero, ¿cómo hacerlo en el contexto físico que es donde la inmensa mayoría de los alumnos actualmente pasan tu tiempo asimilando conceptos y experimentando? El único dato que desde hace centenares de años se lleva a cabo es el de la nota que un profesor pone a un alumno en función de una actividad puesta por éste para normalmente, evaluar el conocimiento sobre una materia. Esta nota, aunque objetiva en función de parámetros establecidos (resolución de sumas de 3 cifras, divisiones sin resto, etc.), no deja de ser subjetiva y que no provee de información cara al futuro del alumno.

Sólo los centros educativos que engloben la recopilación de datos y su interpretación dentro de su proyecto educativo maximizarán la probabilidad de futuro de sus alumnos. 

Conocemos que hay una relación directa entre el sueño y la interiorización de lo aprendido por parte de un alumno. ¿Por qué no correlacionar de manera directa las horas de sueño de un alumno con su evolución académico y emocional? Muy probablemente a muchas padres y profesores se les pasará por alto este factor simplemente porque no es intuitivo. Puedes asumir que tu hijo duerme bien, cuando tarda en dormirse todos los días 30 minutos y luego no descansa lo suficiente. También podríamos medir el estrés sufrido en un colegio ante los profesores para la detección de bullying, o en qué tipo de webs pasan tiempo los estudiantes cuando se encuentran en su tiempo libre, ya que permitiría identificar las pasiones de las personas, que pudieran tener complementariedad en su estancia en el colegio. Existen +50 parámetros que pueden ser medidos en el ámbito escolar y que nos permitan correlacionar patrones y factores, hoy desconocidos, y que sabemos que afectan sobremanera el aprendizaje y evolución de los alumnos. El desafío de los colegios en los próximos años es identificar datos a recopilar, almacenar de los mismos y conforme más y más datos tengas de un conjunto de alumnos, más conocimiento y patrones de comportamiento podrás adquirir de estos y mejor ayudarás a su evolución personal en todas sus dimensiones. Sólo los centros educativos que engloben la recopilación de datos y su interpretación dentro de su proyecto educativo maximizarán la probabilidad de futuro de sus alumnos.     

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